miércoles, 28 de septiembre de 2011

La liga PPSOE II

          Me decido por fin a completar la entrada La liga PPSOE I con esta su segunda parte. Al disolverse las Cortes se ha dado ya el pistoletazo de salida para la habitual campaña de mentiras de los dos mayores partidos del país, el PSOE y el PP, y solo el previsible auge de formaciones más pequeñas e incluso de nuevos partidos parece que conseguirá salvarnos del hastío y la indignación que inspira el cinismo de las soflamas de Rajoy, Rubalcaba y sus acólitos. ¿A qué cínicas mentiras me refiero? Básicamente a dos: el PP es un partido liberal y el PSOE es un partido progresista. Si la derecha de este país fuera realmente liberal y la izquierda progresista otro gallo nos cantaría.
          No es cierto que el PP sea liberal, pues es intervencionista en cuestiones de conciencia y de economía, además de ser corrupto y clasista.
          Nada menos liberal que la confesionalidad, que legislar a favor de una fe determinada, que apoyar con fondos públicos escuelas religiosas, que defender la presencia de la religión en todas las escuelas y el poder para elegir a profesores por parte de mandatarios de una iglesia. El liberalismo surgió contra la intolerancia religiosa y se basa en la distinción entre el espacio público y el ámbito privado, entre el Estado y la fe. Tampoco es muy liberal el intervencionismo en los medios de comunicación, sino más bien un rasgo propio de los totalitarismos de distinto cuño, pero no del liberalismo. Recordemos sin más que la única sentencia de la democracia que ha recibido en contra la televisión pública por manipulación informativa fue en los años de gobierno del PP con motivo de la noticia de la huelga de junio de 2002. Por no hablar de la parte que me toca como madrileño, pues no existe pluralidad en Telemadrid, de hecho no existe una cadena de televisión pública, sino una cadena sostenida con dinero público pero de uso privado, al servicio del PP y sus simpatizantes.
          De acuerdo, el PP no es liberal en asuntos de conciencia, ¿pero cómo que en economía tampoco? Pues ni siquiera, sino que también es intervencionista. Recordemos en este caso la privatización de Telefónica. Siendo todavía la empresa de titularidad pública, el entonces Presidente de España José María Aznar apoyó el nombramiento de su amigo y compañero de colegio en Nuestra Señora del Pilar, Juan Villalonga, como Consejero Delegado de Telefónica, cargo que conservó al privatizarse la compañía. ¡Eso sí que es un buen regalo entre amigos! Y no fue el único caso de tráfico de influencias e interferencia del gobierno del PP en las numerosas privatizaciones que se llevaron a cabo en esos años (Manuel Pizarro en Endesa es otro ejemplo). Recordemos también el caso Sogecable que se saldó con una condena al juez Gómez de Liaño por prevaricación y una sentencia del Tribunal Supremo en 2003 que obligaba al Estado (o sea, a todos los españoles) a resarcir con una indemnización a la empresa perjudicada. Vamos, que no se trata de los planes quinquenales, pero intervenir en la economía interviene, conque no, el PP no es liberal, de ser algo es tan solo neoliberal y ya he explicado que a esa desregularización de los mercados dictada por Milton Friedman y que ha conducido a la crisis en que nos hallamos inmersos lo llaman neoliberalismo y no lo es.
          Y esto nos lleva a otro rasgo del PP, su clasismo. Porque colocar en las principales empresas del país a los amigos de la infancia, garantizando así la pervivencia de una determinada oligarquía creada en los años del franquismo. Asegurarse en la medida de lo posible que no hay herramientas para progresar socialmente combatiendo la igualdad de oportunidades reduciendo a su mínima expresión el sector público, como viene haciendo el PP en las distintas comunidades autónomas cediendo la gestión de los hospitales y centros de salud, así como de colegios e institutos públicos a empresas privadas. Y legislando a favor de la pervivencia de privilegios de aquellos que más suerte han tenido en la lotería social y natural, suprimiendo impuestos como el de sucesión o reduciendo los del capital. Todo ello es fundamentalmente clasismo, porque son medidas que garantizan la persistencia de un status quo en que la libertad de elección es un bien que algunos sencillamente no puede costearse, porque no hay mecanismos para corregir las desventajas en la situación de partida.
          No, no es liberal el PP, sino meramente conservador, nacionalista y católico.

          Bien, ¿y qué hay del PSOE? Antes de comenzar con la crítica, reconozcámosle al PSOE reciente dos leyes que sí considero genuinamente progresistas porque ahondan en la igualdad de derechos y en la justicia social: la ley de matrimonio homosexual y la ley de dependencia. Por cierto que el rechazo al matrimonio homosexual es una prueba más de la falta de liberalismo del PP, porque si algo caracteriza al liberalismo es la defensa de los derechos civiles. Ciertamente PSOE y PP no son equivalentes (salvo en su nivel de corrupción institucionalizada), pero con todo y eso, el PSOE no es progresista, ¿y cómo es esto posible si se trata de una palabra que no se les cae de la boca?
          Desde la izquierda comunista se critica al PSOE por no ser realmente de izquierdas, yo diría que es justo al contrario, que el PSOE no es progresista no por no ser de izquierdas, sino porque serlo a la manera tradicional en 2011 es ser conservador. Es difícil a día de hoy ser de masas y obrero, porque las masas no son obreras. En la transición el PSOE recuperó el lugar que había tenido en la 2ª República como principal partido de la izquierda, después de haber prácticamente desaparecido, precisamente soltando lastre del pasado. Decidió mirar a Villy Brandt y Olof Palme en lugar de repetir la cantinela de Prieto y Largo Caballero, en fin, evolucionó hacia el reformismo y la socialdemocracia porque se hizo una pregunta muy sencilla: ¿dónde vive mejor la gente, en Suecia y la RFA, o en Yugoslavia y la RDA? Mi idea es que el PSOE debería tal vez mirar más a John Rawls y menos a sus clásicos (lo cual no quiere decir que los relegue por completo).
          Pero de acuerdo, tal vez esta interpretación es errónea o demasiado personal. Vayamos a los hechos. El PSOE no es progresista porque es nacionalista, solo que en plan periférico. Pero ni CIU es menos nacionalcatólica que el PP por ser un partido a escala regional, ni el nacionalismo es más progresista por ser catalán o vasco que español. El nacionalismo es conservador por definición, porque considera que el pedigrí define a las personas, y eso no es que no sea progresista, es que es directamente rancio.
          Tampoco es progresista el PSOE porque no es laicista. Vale, sí, los socialistas dicen que lo son, pero vayamos a los hechos una vez más. O estoy muy equivocado o el PSOE ha gobernado durante casi veinte años este país, y o sigo estando muy equivocado o sigue vigente el Concordato con el Vaticano de 1979, sigue impartiéndose una asignatura de religión en las escuelas públicas y sigue destinándose parte de la recaudación de los impuestos de todos los españoles a la Iglesia católica.
          Otro campo de batalla progresista en que el PSOE no parece dar la talla es el de los servicios públicos, pues creo recordar que han sido cuantiosas las privatizaciones que han tenido lugar bajo el auspicio del PSOE, por citar una, la de Argentaria. Y tampoco desaparecieron los conciertos educativos "paulatinamente" como se prometía, y de hecho fue bajo el gobierno del PSOE cuando surgieron las primeras fundaciones sanitarias, esto es, los centros hospitalarios públicos de gestión privada. Decir que se defienden los servicios públicos porque no se desmantelan como sí hace el PP no convierte al PSOE en paladín de los servicios sociales, sino en un cortafuegos lleno de rastrojos.
          No, no es progresista el PSOE, es un diccionario de citas viejunas de mayo del 68.
         
          Así, si eres nacionalista católico o progre de eslógan tienes tu voto resuelto para el 20N, si no lo eres, el PP y el PSOE no te representan así que #NoLesVotes, si eres liberal y/o progresista seguro que encuentras uno o más partidos que sí lo harán, a mí se me ocurre un par de ellos. Y si realmente ninguno te convence, piensa si votar a un partido en el que no crees para que te represente y gobierne en tu nombre durante cuatro años es realmente un voto útil. Eso sí, la decisión es tuya, porque eso sí que es 15M, votar en conciencia e informado, y no por inercia y manipulado.

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