viernes, 28 de diciembre de 2012

Vinieron de dentro de...

          Finalmente se consumó el desfalco, la gestión de seis hospitales públicos pasará a ser privada con el apoyo unánime de los diputados del PP de la Asamblea de Madrid. Están en su derecho dirán algunos, su mayoría parlamentaria les legitima para tomar esa decisión. ¿Seguro? Estudiemos un poco los hechos mediante sun diálogo ficticio pero basado en hechos reales.
 
          - ¿Cuál es la razón aducida para privatizar la gestión de dichos hospitales?
          - Que están mal gestionados.
          - ¿Quién los ha gestionado hasta ahora?
          - Aquellos que han votado a favor de su privatización.
          - Vaya... o sea que los gestores de la Comunidad de Madrid reconocen su incompetencia y por ello ceden su responsabilidad a terceros que juzgan más competentes, ¿pero si eso es así, no debería dimitir alguien, pedir perdón, ser juzgado incluso?
          - Noooo, porque en realidad esta mala gestión es fruto de una herencia envenenada, es el resultado de la mala gestión de gobiernos anteriores.
          - ¿El estado actual de las cuentas de la Comunidad de Madrid es responsabilidad de los que la gobernaron hace... 17 años?
          - No exactamente, pero sí del sistema que ellos establecieron, que es extremadamente rígido y no concede suficiente autonomía a los hospitales.
          - ¿Luego lo que convendría es reformar tal vez la función pública o el sistema de gestión de los hospitales?
          - No, porque hay algunos hospitales deficitarios.
          - ¿Los que se construyeron hace más de 17 años?
          - Buenoooo, más o menos.
          - ¿De esos se privatiza la gestión?
          - No exactamente. Se privatiza la gestión de seis hospitales construidos hace dos legislaturas.
          - ¿Por qué?
          - Porque una empresa privada además de dar un servicio necesita generar beneficios, y hay ciertos servicios que no pueden no ser deficitarios. Por ello la empresa privada se ocupará tan solo de los servicios que tengan un coste más asequible.
          - ¿Pero entonces habrá servicios que desaparecerán?
          - Noooo, ni mucho menos. El Servicio Madrileño de Salud en su conjunto seguirá prestando la misma atención pero parcelada: en la práctica los hospitales públicos asumirán los servicios más caros y los hospitales de gestión privada los más asequibles.
          - Pero entonces no es que la gestión privada sea más eficiente.
          - Sí, porque en los hospitales de gestión privada se podrá contratar a menos personal y con un salario menor, pero se les seguirá exigiendo el mismo grado de profesionalidad.
          - Ya, y eso en conjunto podría redundar en un menor gasto total para la Administración, pero, ¿no lleva ya bastantes años la Comunidad de Madrid haciendo contratos eventuales de seis meses de duración y no ha habido ya varias bajadas salariales?
          - Bueno, sí pero...
          - ¿Pero...? O sea que algo que es de todos los madrileños, que funcionaba correctamente y sin excesivo déficit, por culpa de unos gestores que deciden ganar unas elecciones a base de prometer que construirán ocho hospitales (que construyen empresas privadas a las que se les paga luego un canon de alquiler cada año), renuncian al cabo de unos años a la gestión de seis de esos hospitales asumiendo con ello su incompetencia a la hora de gestionarlos, defienden que con esa renuncia se ahorrará dinero cuando en realidad lo que ocurrirá es que ganarán dinero unas empresas privadas a costa de ser financiadas con dinero público y de que la administración asuma las partidas más complejas de la gestión... ¿y dice que esto, que tiene toda la pinta de desfalco en toda regla a los ciudadanos madrileños, es legítimo porque dichos ciudadanos votaron a favor de ello al votar a favor del programa electoral del PP en las últimas elecciones?
          - ¡Sí! Eso es. Bueno... No. No exactamente.
          - ¿No exactamente?
          - Bueno, es que nada de esto aparece en el programa electoral del PP de las pasadas elecciones.
          - ¿Cómo? ¿Ni una ligera mención a la "externalización" de servicios sanitarios, a la colaboración de iniciativa privada y pública en la gestión sanitaria?
          - Ejem. No.
          - ¿Está diciéndome entonces que el voto de los ciudadanos es un cheque en blanco, que el programa de los partidos no les compromete en absoluto en su gestión?
          - Bueno, un poco sí, pero es que la situación económica...
          - ¿Los partidos políticos elaboran sus programas electorales de espaldas a la realidad? ¿Y eso no es incompetencia e irresponsabilidad?
          - No, es que el despilfarro, el déficit generado por los gestores anteriores...
          - ¿Generado hace 17 años?
          - No, del Gobierno de la Nación.
          - ¿Pero la gestión de la Sanidad no lleva años transferida? ¿No la transfirió de hecho el Partido Popular cuando estuvo en el Gobierno?
          - Sí pero...
 
          ¿Sigo? Es más sencillo que todo esto. Hemos puesto a la zorra a cuidar de las gallinas, a gestionar la Sanidad pública a quienes no creen en la gestión pública de la Sanidad, y lo que han hecho es una profecía que se autocumple: gestionar pésimamente para convencernos de que es imposible que gestores públicos gestionen adecuadamente.
          Como ciudadano madrileño siento que estoy asistiendo a una gigantesca estafa. Insisten en que la Sanidad seguirá siendo gratuita y universal, pero ya ha dejado de ser ambas cosas por el copago farmacéutico y con la exclusión de los inmigrantes sin papeles de la atención sanitaria. Es cierto que el ciudadano medio no notará el cambio, en efecto, pero será sencillamente porque los hospitales de gestión pública darán la cobertura necesaria a aquellos pacientes excluidos de los hospitales de gestión privada, es lo bueno del área única sanitaria, los hospitales de gestión privada podrán especializarse en lo vistoso, barato y fácil, y los de gestión pública en lo oscuro, caro y laborioso. Es lo bueno... para Sanitas, Capio y demás empresas del ramo, que son las que sí se están beneficiando profundamente de la gestión de la Comunidad de Madrid. ¿Es o no es un robo? Su dinero ya no financia lo que es suyo, sino a ciertas empresas (pero a las que usted no elige).
          Ya lo sabe, si usted es ciudadano vale lo que vale su voto, le subirán los impuestos, si usted es un banco o una empresa amiga, el Estado o la Comunidad Autónoma financiarán sus deudas. Lo llaman liberalismo pero su nombre real es corporativismo o feudalismo capitalizado. En el rango de los peores sistemas económicos posibles creo que solo el modelo mercantilista del absolutismo lo supera.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad lovecraftiana

          Estas navidades, aprovechando que este año ha sido el del 75 aniversario de la muerte de H. P. Lovecraft, y que tengo pensado publicar más adelante en Kindle una colección de relatos lovecraftianos que he ido componiendo a lo largo de varios años, me gustaría celebrar ambos acontecimientos con un regalo: la publicación gratuita con licencia CC de un relato de los mitos de Cthulhu. Es un regalo muy modesto porque me temo que mis dotes como escritor de ficción son más que limitadas, pero no es imposible que alguien disfrute leyendo mi pequeño pastiche lovecraftiano. Como dice Stephen King en su muy recomendable ensayo sobre el género de terror Danza Macabra, para disfrutar de los escasos bocados de gourmet que nos proporciona el género de terror hay que consumir antes mucha comida basura y aprender a apreciarla. Así que aquí os dejo mi whopper con queso para contribuir al terrible asalto a vuestras arterias propio de estas fechas:

          La misteriosa desaparición del Lago Témpanos (pdf)
 
          La acción de La misteriosa desaparición del Lago Témpanos tiene lugar en Chile y su título coincide con el titular de una noticia real. Representa un pequeño esfuerzo por escribir un cuento de terror postmoderno con tintes de horror cósmico. Quien dude de la veracidad del sorprendente hecho del que parte el cuento, que consulte en las hemerotecas los periódicos chilenos y españoles del 21 de junio de 2007, no quedará defraudado.
          ¿Qué es el terror cósmico? Según Lovecraft "los niños tendrán siempre miedo a la oscuridad, y los hombres de mente sensible al impulso hereditario temblarán siempre ante la idea de mundos ocultos e insondables de extraña vida que pueden latir en los abismos que se abren más allá de las estrellas, o acosar espantosamente a nuestro propio planeta desde impías dimensiones que solo los muertos y los lunáticos son capaces de vislumbrar". Una forma más prosaica de definir el terror cósmico es entenderlo como el descubrir de la hormiga la existencia de los elefantes, porque es el descubrir del ser humano que él es una hormiga a nivel cósmico. Es el terror de la contingencia. Es un terror materialista que va de la mano del albur de la existencia, del sinsentido del Universo, de su inmensidad y nuestra pequeñez. "Todos mis relatos -dice Lovecraft-, por muy distintos que sean entre sí, se basan en la idea central de que antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsadas, pero viven aún en el Exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra."  ¿Qué son estos primigenios habitantes de la Tierra lovecraftianos? No son más dioses que un elefante, pero por ser nosotros hormigas creemos que sí lo son y los adoramos como tales. La importancia que le damos a lo que somos, en el contexto de un Universo eterno e ilimitado, es la más pura vanitas vanitatis. ¿Hay algo más terrible? Feliz navidad.
 
Licencia Creative Commons
La extraña desaparición del Lago Témpanos por Javier Hernández Iglesias se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.
 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Por la gestión pública de la Sanidad pública

          Los hechos: privatización de la gestión de 6 hospitales, 7 centros de salud y varios de especialidades de la red pública, transformación del Hospital de La Princesa en un centro geriátrico y del Hospital Carlos III en un centro para enfermos crónicos, así como cierre de 3 centros de Urgencia del SUMMA 112.
          El argumento: la Sanidad pública no es rentable.
          Hay dos formas posibles de interpretar el manido eslógan "la Sanidad pública no es rentable": una de esas interpretaciones es falsa (o como mínimo absurda por obvia) y la otra es indignante. La primera de esas interpretaciones o bien es falsa, porque la Sanidad pública sí es rentable desde el punto de vista social, dado que produce el bien o el servicio que está destinada a producir, esto es, atención sanitaria universal y gratuita, o bien es absurda si debemos entender la rentabilidad en su sentido estricto, porque en ese caso la Sanidad pública no tiene por qué comportarse como un fondo de inversión, defender lo contrario sería tanto como decir que ir al cine no es rentable porque no produce renta alguna, ¿obvio no?. La interpretación que resulta indignante es la de que la Sanidad pública no es rentable... para algunos para quien sí podría serlo, pero en este caso disfrazar de defensa de un bien público la maniobra privatizadora, cuando en realidad se trata de generar un bien particular para aquellos que podrían enriquecerse con la gestión de hospitales y centros de salud, es peor que falso o absurdo, es de un cinismo intolerable.
          Así, el argumento de la rentablidad no es válido pero podemos pensar que quien habla de rentabilidad se está refiriendo en realidad a la sostenibilidad. Si es así, resulta entre gracioso e indignante que quienes han sido gestores públicos de la Sanidad durante años, en lugar de buscar culpables del déficit de la Seguridad Social en su gestión, los busquen en la existencia misma de gestión pública. Viene a ser como si yo decido montar un supermercado, lo llevo a la quiebra o al menos a una situación en que ya me es imposible cubrir siquiera los gastos, y culpo por ello al negocio mismo de los supermercados. ¡Los supermercados no son rentables, el sistema es insostenible!
          El consejero Fernández-Lasquetty (en una entrevista que tiene un buen contrapunto en este artículo de David Trueba) culpa a la "rigidez" de la gestión pública de su fracaso como gestor, y él mismo es capaz de hacer la deducción obvia de que si el problema de la sostenibilidad descansa en dicha rigidez, entonces lo necesario sería una "reforma de la función pública". Parece que la acción que se derivaría de este razonamiento sería llevar a cabo dicha reforma, pero no, en el mismo párrafo el consejero dice que "eso es otra cuestión". Pues vaya, juraría que ha sido él quien ha traído a colación dicha cuestión, se ve que en realidad lo que quería decir es: yo no soy culpable del déficit de la Sanidad pública, sino los trabajadores de la Sanidad pública, pero me da pereza meterlos en cintura así que renuncio a mi obligación como gestor y que se ocupe un profesional. En el fondo el consejero está contratando a alguien que haga bien el trabajo que él ha demostrado sobradamente no saber hacer: soy incompetente, busquemos a alguien que no lo sea (pero a mí manténganme en mi puesto y con mi sueldo, oiga). ¿Pero por qué habría de ser más competente un gestor privado? ¿No hay acaso empresas privadas que se arruinan, es lo privado una vacuna contra el fracaso? Supongo que sabrán que en el año 2011 el coste por cama en el Hospital de Valdemoro (privado) fue de 374.000 € mientras que el del Hospital Clínico (público) fue de 337.564 €. Existen varios contraejemplos de la afirmación de que la gestión privada es más eficiente que la pública, conque dejemos de considerar sinónimos "privado" y "eficiente".
           Y si lo que se persigue es eficiencia... no es necesario privatizar la gestión, porque el gestor tendrá un doble objetivo: el que le impone la autoridad pública titular de la Sanidad, esto es, que siga prestando el mismo servicio de forma sostenible, y el fin particular de obtener beneficios. Si este doble objetivo es alcanzable mediante un gestor privado, ¿por qué uno menos ambicioso que incluye tan solo la primera parte no sería alcanzable por un gestor público? ¿Tan mediocres son nuestros gestores actuales, esto es, los mismos que pretenden privatizar la gestión? Si es posible que un hospital sea rentable, sea negocio, ¿por qué es en cambio imposible que no sea altamente deficitario solo por el hecho de ser público? ¿Tan atadas tiene las manos la administración, acaso no se han rebajado ya los salarios de los trabajadores de los centros públicos, no se ha "externalizado" ya gran parte de sus servicios, no se ha aumentado la jornada laboral? ¿Dónde descansa la falta de eficiencia? ¿No supone admitir una incapacidad rayana lo cutre no ser capaz de lograr por uno mismo esa eficiencia?
          Aunque soy profesor de filosofía el mundo sanitario no me es completamente ajeno, mi padre era un pediatra brillante, también mi madre aunque ejerció poco, y vivo con una enfermera. Solo por ello conozco algunos de los problemas del sistema sanitario y algunas de sus soluciones, que no pasan por privatizar la gestión de hospitales y centros de salud. Si algunos facultativos abandonan antes de tiempo su puesto de trabajo para atender en una clínica o en su consulta privada, ¿no sería una buena medida crear un auténtico regimen de incompatibilidades o sencillamente obligar a fichar al personal sanitario como ocurre en otras tantas profesiones? Si las listas de espera en las consultas externas se eternizan entre otras razones porque se empieza a citar a los pacientes a una hora pero se comienza a atenderlos mucho más tarde, ¿no sería más razonable retrasar las primeras citas (caso de que la sesión clínica previa se alargue por sistema y de forma justificada) o adelantar la atención del facultativo? En un párrafo improviso estas medidas (que podrían no gustar a muchos profesionales de la Sanidad pública, cierto), ¿un consejero cuya única función es gestionar la Sanidad, no es capaz de idear otras que no pasen por renunciar a su gestión? Eso ya no es incompetencia, es dejación de funciones, es abandono del puesto de trabajo, es huelga salvaje.
          Por otra parte, es también gracioso que aún con el cambio de gobierno las CCAA gobernadas por el Partido Popular sigan jugando a tirarle la pelota de sus problemas al gobierno central. No se puede defender, como hace Fernández-Lasquetty en la entrevista citada más arriba, que no es una opción no hacer nada porque eso fue lo que hizo Zapatero, pero lamentarse de que es el gobierno central el que obliga a hacer algo imponiendo un límite al déficit. O bien es algo que se debe hacer porque es lo razonable, o bien es una imposición arbitraria, o el gobierno de la Comunidad lo hace voluntariamente o contra su voluntad, no vale decir ambas cosas simultáneamente (a menos, claro está, que el consejero haya renunciado ya incluso al principio de no contradicción, esto es, a la razón misma, cosa que no me extraña porque ese suele ser el resultado de los prejuicios ideológicos, del sectarismo).
          Pero como en otras entradas voy a partir de los principios que dicen defender quienes sostienen una postura distinta de la mía (porque creo que de hecho el problema no son sus principios, sino la lectura que de ellos hacen). No escribo para convencer a los convencidos, ¿qué necesidad hay de eso?, sino para tratar de dar contraargumentos frente a aquellos que sostienen la opinión contraria a la mía. Y el caso es que quienes defienden la privatización de la gestión de centros de salud y hospitales (en su jerga, "externalización") se dicen liberales. El liberalismo se caracteriza por evitar argumentos utlitaristas o consecuencialistas (como los de estados comunistas o teocráticos en que el Estado habría de garantizar la felicidad de su ciudadanos creándola él mismo atendiendo a una determinada concepción del bien que se impondría a la población, incluso contra ella, por su propio bien). El Estado liberal ha de ser independiente de concepciones particulares del bien, éstas pertenecen a los ciudadanos, el Estado ha de ser un árbitro imparcial, eso sí, dentro de un cierto marco: los derechos de los ciudadanos. Respecto a estos no cabe imparcialidad ninguna, el Estado ha de salvoguardarlos sin excusas. Así, la obligación del Estado respecto a estos derechos no es la de proteger a la mayoría de sus ciudadanos, sino a la totalidad de sus ciudadanos. Como bien señalaba Aristóteles, el bien de la mayoría no es el bien común, es el bien particular de la mayor parte de la sociedad, el bien común es aquello que es bueno para el todo, no para la mayor porción. Hay cuestiones en que el Estado ha de satisfacer a la mayoría, pero en asuntos de derechos, en una democracia liberal (por lo menos en un liberalismo de corte rawlsiano), estos han de ser garantizados para todos los ciudadanos sin discusión. Una autovía que una grandes núcleos urbanos tal vez perjudicará a pequeñas poblaciones, pero beneficia a la mayoría, y este criterio de utilidad es válido en cuestiones que no implican derechos básicos. Pero suponiendo que esclavizar a los rubios supusiera un bien para la mayoría de españoles, en este caso no podría someterse el bien de una minoría al de la mayoría, porque en cuestiones de derechos (en este caso el derecho a la libertad) el bien común consiste en la isonomía, en la igualdad ante la ley, de tal forma que en los derechos no puede haber excepciones.
          Bien, por todo ello es inútil el argumento de las encuestas de satisfacción respecto a hospitales o centros de salud de gestión privada, porque aunque el 99% de la población estuviera satisfecha, si esa persona que representara el 1% no estuviera satisfecha por el hecho de que no fue atendida sería suficiente, pues se habría violado su derecho a recibir atención sanitaria, su derecho a la Salud. Esto es, los datos estadísticos no son relevantes para decidir el modelo sanitario si no se adjunta a ellos la explicación por la cual cada una de las personas que en la encuesta dice no estar satisfecha no lo está. Si hay enfermedades que no se tratan (existiendo un tratamiento para ellas) porque su prevalencia entre la población es mínima o porque su tratamiento es muy costoso, y entonces la minoría de ciudadanos a los que se le diagnostica esa enfermedad no es tratada, en ese caso la Sanidad ya no está siendo universal, y con solo esa excepción ya cabe rechazar el modelo propuesto. ¿Es esto un argumento en contra de la gestión privada de hospitales y centros de salud? No, es tan solo la prueba de que las encuestas de satisfacción NO son un argumento válido sino falaz (concretamente se trataría de lo que en lógica informal se conoce por "falacia democrática", que no significa que la democracia sea mala o incorrecta, sino que la cantidad de personas que defienden una opinión no implica necesariamente la verdad de dicha opinión, la verdad de una creencia tiene que ver con la correspondencia con los hechos o con la coherencia de dicha creencia, no con ser una creencia mayoritaria, ¿o es que la Tierra estaba inmóvil en el siglo XIII?). Así que dejen de contar como argumento con las encuestas de satisfacción de los pacientes de hospitales de gestión privada o rastreen una a una las causas de la insatisfacción de cada uno de los pacientes que dicen no estar satisfechos.
          Yo, con lo que estoy marcadamente insatisfecho es con la gestión de lo público del gobierno de la Comunidad de Madrid, indignado con contradicciones tales como que somos una de las comunidades con menos déficit pero a la que ese déficit tan excusable lleva a tomar las medidas más drásticas, y claramente sublevado contra la impunidad con que el Partido Popular se presenta a las elecciones con un programa que luego incumple sin pudor. Si no me creen les desafío a que encuentren en el último programa electoral la más mínima mención siquiera a la "externalización" de la gestión de hospitales y centros de salud.
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