martes, 7 de mayo de 2013

Razones para derogar la LOMCE

          Demasiado a menudo eludimos tratar de convencer a quien piensa de forma distinta a nosotros, por un falso sentido del pudor o por algo peor, por complacencia. Hablamos para los ya convencidos, nos negamos a jugárnosla enfrentando nuestros argumentos a argumentos ajenos, pero mediante ello renunciamos de antemano a tener razón, pues la verdad requiere de dicho enfrentamiento. Nuestros argumentos no pueden ser de carácter ideológico, pues entonces requerirían para ser persuasivos de un compromiso previo con la ideología de quien habla.
          Convencer a los correligionarios es inútil si el éxito de nuestras propuestas depende del apoyo de la mayoría. Aquí por tanto, me gustaría dar alguna razón para derogar la LOMCE a aquellos que en principio no estarían a favor de hacerlo, que dan por hecho que oponerse a la LOMCE es dar su apoyo a leyes anteriores y que creen que es imposible ser partidario del Gobierno y no obstante oponerse a esta ley educativa.

          Así, si dijera que la LOMCE relega la Historia de la Filosofía a un lugar residual y elimina la asignatura de Ética, condenando con ello a los futuros alumnos a tener que renunciar a construir desde la razón su propio sistema de creencias y valores, una construcción que cristaliza en ciudadanos autónomos, dotados para el ejercicio pleno de la razón y de la argumentación, y con una visión global y crítica de la realidad de la que forman parte, si dijera esto, por ser yo filósofo se me acusaría tal vez de gremialismo.
          Si añadiera entonces que la LOMCE escamotea la enseñanza del arte, la cultura clásica, la música y la tecnología, haciendo imposible que muchos alumnos lleguen a tener algún contacto con asignaturas que abarquen estas disciplinas, si dijera esto, pensando que solo busco defender a los profesores de dichas asignaturas se me acusaría tal vez de corporativismo.
          Si argumentara entonces que la LOMCE prevé un sistema insuficientemente flexible, donde decisiones tomadas a la temprana edad de 14-15 años serían prácticamente irreversibles y cerrarían durante años las puertas a otras opciones, un sistema que no pretende dar lugar a ciudadanos formados de manera integral, sino a especialistas profesionales, herramientas del mercado, renunciando a la cultura y la instrucción como fin de la educación, si dijera esto, a pesar de sostener que esta deriva instrumentalista la iniciaron anteriores leyes educativas perpetradas por gobiernos de signo contrario al actual, se me acusaría tal vez de socialista encubierto.
          Si constatara que la LOMCE atribuye unas competencias excesivas a los directores de los centros, y que autonomía de los centros no es sinónimo de autarquía del director, porque el despotismo no siempre es ilustrado, y en cualquier caso no son democráticos ni el escaso peso del claustro en el proceso de selección del director ni la desposesión de competencias de los órganos colegiados de dirección, claustro y Consejo Escolar, y que por ahí se nos cuela la politización de los centros educativos al depender el nombramiento de sus gestores de cargos de confianza de las consejerías de Educación, si dijera esto, se me acusaría tal vez de demagogo y populista.
          Si recordara que la LOMCE no recoge gran parte de los compromisos anunciados en el programa con el que el PP concurrió a las elecciones de hace cuatro años, aludiendo por ejemplo al hecho de que en dicho programa se planteaba un bachillerato de tres años que no recoge la LOMCE, y que esto ocurrió para no perjudicar a la escuela concertada dado que los conciertos solo abarcan los años de enseñanza obligatoria, y que por tanto se trata de una decisión que no obedece al bien común sino a intereses particulares, si dijera esto, se me tacharía tal vez de defensor fanático de la Escuela Pública.
          Si insistiera que la LOMCE al convertir la religión en asignatura evaluable y plantear como alternativa una asignatura de valores éticos parecería implicar que aquellos dotados de principios religiosos no participarían de dichos valores sino de otros distintos, y coloca los valores propios de una confesión concreta al mismo nivel que aquellos que cohesionan a la ciudadanía en su conjunto en torno a la ley y a valores éticos universalmente compartidos como los que refleja la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, si dijera esto, a pesar de estar defendiendo un laicismo extraordinariamente escuálido se me tendría tal vez por un militante del ateísmo.

          Por todo ello no voy a recurrir a estas razones para criticar la LOMCE, sino a otra que cualquier profesional de la educación o ciudadano podría compartir: ciertamente es necesaria una reforma educativa, nuestro sistema de enseñanza no funciona bien, pero es necesario, indispensable, que haya consenso en torno a ella, y no es el caso.
          Es más que posible que las sucesivas leyes educativas que se han implementado sean una de las causas del estado insatisfactorio de la educación en España, pero es absolutamente seguro que los continuos vaivenes educativos la han perjudicado muy seriamente, y haber hecho esta nueva ley sin el consenso necesario ha sido ponerla en riesgo de nuevos vaivenes.
         Es necesario estabilidad, un largo plazo, lograr implementar por completo una ley de consenso mediante un gran pacto de estado, la LOMCE no es esa ley y por ello merece ser derogada.


P.S. Este texto ha sido editado ante la posibilidad de que el nuevo Congreso de los Diputados derogue la LOMCE. Antes fue empleado para llamar a la huelga general de educación del 24/10/2013, y fue escrito originalmente para la huelga general de educación del 9/5/2013.

12 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Muchas gracias. Nos vemos en la huelga

    ResponderEliminar
  2. No es una reforma educativa, es un atropello y tal como dices eso se traducirá en otro cambio en pocos años, con la desestabilización que conlleva.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por este trabajo. Eres un ejemplo de lo que dices, un ciudadano racional y crítico.
    Los profesores del colegio de mis hijas provocaron mi rechazo a la huelga al calificar la LOMCE como totalmente negativa. Deduzco fanatismo y sectarismo en esa valoración. Algo bueno tendrá la Ley, ¿no?
    Buscando razones para saber algo más de lo que dice la LOMCE (pues mi impresión es que la mayoría de los que la rechazan lo hacen por gregarismo, por venir del PP, pero no la han leído), me encontré con este artículo, que te agradezco de verdad (y con tu permiso lo voy a plagiar). Apoyo la huelga, aunque lo que realmente apoyo es un cambio profundo en nuestro sistema democrático, como el que propugna Reforma 13. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias a ti, dudo haber recibido nunca un elogio mayor del que me haces.
      Creo que efectivamente hay algún aspecto positivo en la ley (no veo mal del todo las evaluaciones externas ni los tres itinerarios en 4º de la ESO, en un formato más flexible) pero el balance general es negativo, no parece ser la reforma que indudablemente necesita nuestro sistema educativo.
      El proyecto de Reforma 13 es muy interesante, pero me he vuelto de un escepticismo pesimista (supongo que por un momentáneo exceso de fe a raíz de la rebelión del 15M), se me pasará.
      Plagia lo que quieras, es CC, muchas gracias. Un saludo.

      Eliminar
  4. Gracias por este artículo.Es un perfecto resumen de los fallos (u horrores) de la LOMCE.

    Saludos,

    @profedeciencia

    ResponderEliminar
  5. Buen artículo.

    Como estudiante, quisiera complementarlo con algo que percibimos nosotros, día a día, desde que nos alcanza la memoria. Ninguna ley de educación en España ha ido a por uno de los mayores mitos, el de la memorización.

    Dejo un muy interesante artículo. Espero tus comentarios =D
    http://economia.elpais.com/economia/2013/07/05/actualidad/1373017314_030404.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siento mucho la tardanza, imagino que leí tu enlace en su día en el móvil, y el blog no me va muy bien en ese dispositivo. Creo que es un artículo muy interesante, y en lo que me concierne, que es la filosofía, puedo decir que el tipo de pruebas a que se somete a los estudiantes no buscan que filosofen adecuadamente (y a ello deberían aspirar), sino que repitan con fidelidad los que otros pensaron. No se trata de desdeñar los contenidos al más puro estilo LOGSE, se trata de que los estudiantes den el salto a un grado de análisis que les permita enfrentarse a cualquier contenido y no solo a los estudiados previamente.

      Eliminar
  6. Sin tu permiso, te hemos citado en nuestro blog http://ampaiesalquibla.blogspot.com.es/.
    Me pareció un post tan interesante que no he podido evitar intentar difundirlo en nuestro entorno.
    Gracias,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por el cumplido y por la difusión, mi permiso lo tenéis de oficio porque los contenidos de este blog son CC.
      Gracias a ti. :)

      Eliminar
  7. La mayor parte de los argumentos a favor de la huelga se centran en por qué la Ley es mala y esta no parece ser una excepción. Como si el aceptar eso implicara inmediatamente que hacer huelga es la solución correcta. Creo que argumentas lo fácil, y te saltas lo relevante, ¿cómo afecta la huelga de un profesor a la voluntad de un Ministro? ¿Acaso somos sus trabajadores y estamos haciéndole perder dinero? Porque así fue como se concibieron las huelgas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues esa es otra discusión, pero es cierto que la huelga podría no ser el mejor método de presión, especialmente una de un solo día. No obstante hace visible el rechazo de la comunidad educativa y puntúa en la lucha por la opinión pública.

      Eliminar

Licencia de Creative Commons
El niño que juega a los dados is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.