miércoles, 26 de octubre de 2011

Sobre las izquierdas y las derechas

          Ayer en La noche en 24 horas entrevistaron a Rosa Díez, y la única pregunta que le hizo Xabier Fortes a la entrevistada que no era referente a ETA (supongo que ocurrirá lo mismo en las entrevistas del resto de candidatos a la presidencia) tuvo que ver con su adscripción ideológica: "¿Usted sigue siendo de izquierdas?" Como se encargó de recordar la propia Rosa Díez, RTVE parece tener una obsesión con su ideología, pues ya Ana Pastor en Los desayunos de la 2 había comenzado la entrevista del día 13 de Octubre con la siguiente pregunta (bien es cierto que transmitendo una duda formulada en twitter): "¿Rosa Díez es de izquierdas o de derechas?"
          Quisiera valorar más adelante, en la primera parte de esta entrada, la respuesta que a estas preguntas dio Rosa Díez y así aprovechar para aclarar la distinción, si existe, entre izquierda y derecha, pero de momento empezaré reivindicando su derecho a prescindir de etiquetas, algo que justificaré en la segunda parte. ¿Por qué tanto interés por parte de los periodistas o de simpatizantes políticos irredentos en la escarapela que lleve Rosa Díez? Sin duda clasificar es una importante herramienta cognitiva que nos permite controlar mejor nuestro entorno, pero un exceso de celo en la compartimentación puede hacer que nuestra visión del mundo sea reduccionista. Las propuestas de los partidos políticos son las que deberían definirlos ideológicamente, y no la propia autointerpretación que hagan sus miembros de dichas propuestas. Por esta costumbre malsana, en este país la política ha ido degenerando en un "esto es bueno porque lo dicen los míos, digan lo que digan" (ya desarrollé esta idea más detenidamente en sendas entradas La liga PPSOE I  y La liga PPSOE II). En parte la revuelta del 15M es contra este hooliganismo partidista de la política. No nos dejemos vencer por él, los políticos que hagan sus propuestas, ya les definiremos los votantes, no ellos mismos, ni sus simpatizantes, ni los medios de comunicación a su servicio.

¿Existe la izquierda y la derecha?
          Pues miren, creo que sí, y aunque comprenda los motivos de Rosa Díez no es necesario renunciar a esta distinción. En la citada entrevista de Ana Pastor, Rosa Díez habla de la distinción entre izquierda y derecha como un "modelo antiguo", pero ella misma emplea expresiones como "progresista" o "regresivo" que tampoco implican un gran salto hacia la modernidad, son más bien sinónimos de aquellos otros conceptos, y seguramente igual de antiguos o más. Lo que dice Rosa Díez, y es en lo que se fundamenta su error, es que hay medidas que toma la "izquierda" que no son de izquierdas porque son "regresivas" o no son igualitarias (pone el ejemplo del cheque-bebé) y otras de derechas que son progresistas (imposible encontrar un ejemplo en España, claro, Rosa Díez cita el anuncio de Durao Barroso, de derechas, de que los bancos recapitalizados no repartan bonos ni dividendos). Pero esto, lejos de significar que "izquierda" y "derecha" no tienen sentido, demuestra que hay quien los emplea incorrectamente, pues considera de izquierdas medidas que no lo son, pero solo es posible denunciar un uso incorrecto de un término si este tiene significado, pues su significado se lo da precisamente el uso adecuado, esto es: encajar con el contexto y designar a su auténtico referente. Dicho de forma más sencilla: el significado de una palabra es su uso, y mucha gente emplea "derecha" e "izquierda" para designar unas determinadas  ideas y propuestas, y podemos denunciar el uso incorrecto de dichas palabras precisamente porque se aleja del uso mayoritario. Si existe un mal uso del término es porque existe uno correcto. Que aquello en lo que consiste ser de izquierdas y lo que de hecho hacen quienes se definen como tales no coincida, no significa que no exista lo primero, de igual forma que aunque no exista ningún periódico imparcial no carece de sentido hablar de la imparcialidad de la prensa.
          Y entonces, ¿dónde queda Rosa Díez? Pues en la primera entrevista se define como "progresista" y en la segunda como "social-demócrata", y eso significa "de izquierdas". Pero sigo defendiendo su derecho a no definirse mediante la etiqueta, sino mediante sus propuestas, y sigo defendiendo el derecho de los ciudadanos a hacer lo mismo. ¿Por qué iban a acertar los políticos o los periodistas con sus etiquetas, si precisamente se han especializado en retorcer el significado de dichas etiquetas para hacerlas coincidir siempre con sus intereses?
          Y si algo significa, ¿qué es izquierda o derecha? No puedo extenderme mucho, así que optaré por definiciones muy inclusivas. Lo primero es que no hay izquierda y derecha, sino izquierdas y derechas. Por ejemplo, en la derecha son muy diferentes los fascistas, de los demócrata-cristianos, de la derecha liberal (y liberalismo también lo hay de izquierdas) y de la derecha neoliberal. Otro tanto con las izquierdas. ¿Y qué define a estas dos grandes amalgamas? Pues basándome una vez más en el uso corriente de las expresiones "de izquierdas" y "de derechas", por la primera se suele entender "progresista" y por la segunda "conservador". Esto es, el ciudadano de izquierdas considera que la situación presente es mejorable y habría que cambiarla, mientras que el ciudadano de derechas considera que lo mejor es conservar la situación actual o retornar a una situación anterior. A su vez, entre los grandes conceptos de la política suele asociarse a la izquierda con la igualdad o la justicia social, y a la derecha con la libertad, no obstante esta distinción obvia que la libertad negativa (la que defiende la derecha) solo puede ejercerse plenamente una vez satisfechos ciertos mínimos, con lo que en cierto sentido al defender una mayor justicia social la izquierda también defiende la extensión de la libertad (una libertad positiva) al mayor número de personas. La derecha acepta la desigualdad como una expresión del mérito fruto de la acción libre, la izquierda considera que la desigualdad ha de ser corregida porque no permite una auténtica libertad para prosperar por méritos propios a aquellos que menos tienen. Esta diferente percepción de la realidad conlleva dos atribuciones distintas de funciones al Estado, de un lado para la derecha el Estado debería ejercer tan solo de árbitro imparcial en la búsqueda de la felicidad de cada uno de los ciudadanos, y de otro lado para la izquierda el Estado debe intervenir en dicha búsqueda redistribuyendo los bienes para tratar de maximizar la felicidad.
          ¿Qué no es izquierda y derecha? Los buenos y los malos, los modernos y los rancios, los demócratas y los totalitaristas, los marxistas y los capitalistas. ¿No había en el Reino Unido whigs y tories, en EEUU demócratas y republicanos, en España monárquicos y liberales, y todo antes de Marx? Ser de izquierdas no es una vacuna contra la maldad política, y aunque es cierto que concretamente en España rara vez la derecha ha defendido nada que supusiera un progreso para el país (y desde luego no es liberal, aunque eso se autoproclame), en otros lugares la derecha históricamente ha tomado decisiones progresistas (Lincoln, por ejemplo, era del Partido Republicano) y ser estalinista o maoista a día de hoy es ser profundamente reaccionario.  Y por todo esto tiene sentido la siguiente pregunta.

¿Hay luchas políticas que son ajenas a la izquierda o la derecha?
          Pues miren, también creo que sí, esas cuestiones que en UPyD (y en la LOGSE) llaman "transversales". ¿Por qué no son de izquierdas o derechas? Porque son la condición misma de que exista un debate entre la izquierda y la derecha, esto es, tienen que ver con la existencia misma de la democracia. En este sentido el 15M también sería transversal, por lo menos en un principio. Pedir más democracia o una democracia real no es de izquierdas ni de derechas. En Francia o Alemania, ¿es más democrática la izquierda que la derecha? El laicismo en Francia, ¿es un elemento que define a la izquierda o la derecha? Asociar estas cosas con una ideología concreta (en general con la izquierda) es resultado de la polución de la vida política del país en la Guerra Civil y durante el franquismo (y en general por el secular retraso de España respecto del resto de Europa). El caso es que en la 2ª República los demócratas podían contarse con los dedos de las manos. Eran prácticamente inexistentes en las derechas (tal vez los radicales de Lerroux) y minoritarios en las izquierdas (los republicanos y un sector del PSOE). La 2ª República fue una democracia plena, pero por desgracia la mayoría de sus habitantes no eran demócratas. La defensa de la democracia no se convirtió en un rasgo de izquierdas en este país más que durante el tardo-franquismo (dato que esgrimen algunos autores revisionistas como el inefable Pío Moa para falsamente justificar el golpe de Estado de Franco, como si los golpistas dejasen de ser totalitaristas solo porque los hubiera también en el otro bando).
          La separación de poderes, la laicidad del Estado o la participación política no son reivindicaciones que pertenezcan a la izquierda, por lo menos en cualquier democracia avanzada, pero parece que la nuestra no lo es. Es necesaria ya, y el país está maduro para ella por fin, una segunda transición. Lo que tengo muy claro es que esta segunda transición no va a venir de la mano de los partidos que surgieron de la primera, y no debo de ser el único, porque no me parece casual que empiecen a obtener representación parlamentaria (a pesar de una ley electoral salvaje para con los partidos pequeños) partidos nuevos. Y si en esta segunda transición han de participar los partidos que viven confortablemente gracias a los defectos de la primera, será porque les obliguemos desde movimientos sociales como el 15M.
          Por eso algunos seremos de izquierdas y otros serán de derechas, pero conseguir una mejor democracia es de todos, salvo de los que no son demócratas.

2 comentarios:

  1. Me parece muy acertado lo de las derechas y las izquierdas, aunque yo creo que se impone un cambio de paradigma. Ya hemos visto fracasar a ambas ideologías cuando se han llevado a la práctica siguiendo sus postulados más notorios. Por eso pienso que hay que plantear nuevos postulados, aunque la tarea es mastodóntica.
    Ahora lo que hay son ideas que dividen a los que quieren el poder, y a gente que por lo general tiene más odio hacia las ideas de los otros que apego a las suyas propias. Debemos marcar una nueva linea de trabajo en que planteemos ideas que puedan funcionar, y que no se les agencie ninguna de las supuestas ideologías que siguen existiendo.
    Escribí algo corto en mi blog sobre el tema hace unos meses http://cambiocimiento.blogspot.com/2011/07/ni-izquierda-ni-derecha-piensa-por-ti.html
    Saludos

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  2. Gracias por tu comentario, y curiosa la entrada de tu blog (nunca he visto Boston Legal, pero pinta bien). Mi artículo es bastante paradójico, porque defiende que todavía tiene sentido la distinción, pero que muchas cuestiones son ajenas a dicha distinción. Lo que no puede ser es que la etiqueta que yo me ponga a mí mismo sirva de adjetivo a cuanto haga, deberíamos juzgar las acciones de los partidos y no sus divisas.

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