jueves, 10 de mayo de 2012

Un año del 15M. El camino recorrido y el que queda por recorrer


          Este sábado celebraremos con una gran manifestación que despertamos del letargo autocomplaciente en que recibíamos los reveses económicos y políticos como si se trataran de fatalidades inexorables. Celebraremos que recuperamos las riendas de nuestras vidas o que por lo menos empezamos a luchar por recuperarlas. Celebraremos que abandonamos nuestra renuncia a trabajar por un mundo mejor. Celebraremos un año del 15M.
          El camino por recorrer es largo y lento porque, como sabemos, vamos muy lejos, pero ya hemos recorrido gran parte de él, o mejor dicho hemos avanzado en cuatro caminos que llevan al mismo destino, esa revolución ética que anunciaba el primer manifiesto de AcampadaSol: un mundo más libre, más solidario, más justo. No en todos los caminos se ha avanzado igual, pero en todos se ha dado ya como mínimo el primer paso, y con ello se ha hecho ya posible lo imposible, porque como sabemos se hace camino al andar y sin el 15M seguiríamos estancados incapaces de levantar los pies del suelo.
          ¿Cuáles son esos cuatro caminos cuyo pegamento es el espíritu del 15M? Diría que uno es el camino de la conciencia, otro el de la acción social, otro el de la cultura y un cuarto el de la política. Considero que el recorrido ha sido durante este año un auténtico éxito en los dos primeros caminos, un éxito parcial en el tercero y un pequeño fracaso en el cuarto (pero la guerra no ha acabado).

          Conciencia. Para mí el principal logro del 15M ha sido el de hacer visible lo invisible. Los problemas que denuncia el 15M estaban ya ahí, pero apenas tenían eco, eran una nota a pie de página en unos volúmenes de apéndices olvidados en lo más profundo de la biblioteca de la Historia. Desahucios, corrupción institucionalizada, injusticia de la ley electoral, politización de la justicia, putrefacción del estado de bienestar, falta de mecanismos de control frente a desmanes de políticos y especuladores... Vivíamos nuestra indignación ante los males de la sociedad como una rabieta y no como genuina indignación, porque la indignación busca ser compartida porque es justificable, es una emoción moral, es un sentimiento de rechazo ante la injusticia, y lo que no es justo no debe ser tolerado. Demostrar que hay que rebelarse, de forma pacífica, resistiéndose a la injusticia, que la pasividad es complicidad, ese es el logro del 15M en el camino de la conciencia, suministrarnos un detector de injusticias que es el motor de arranque de su solución.

          Acción social. Se han parado desahucios, se han impedido redadas racistas, se han creado cooperativas de trabajo entre parados, de vivienda entre desahuciados y propietarios y de consumo a base de trueque entre ciudadanos. Es cierto que muchas de estas iniciativas ya existían, pero el 15M les ha proporcionado un altavoz ensordecedor. Ahora existe una referencia pública y accesible al común de los ciudadanos en busca de solidaridad: las asambleas de barrio. El 15M ha instituido una salida cooperativa a la crisis como alternativa a la competividad, ha creado una red vecinal, un entramado solidario entre ciudadanos que se había perdido en el anonimato de las grandes urbes. El 15M ha generado una red para evitar que se hundan en el abismo los más perjudicados por la crisis, y una escalera para que remonten.

          Cultura. Me he referido a este camino como un éxito parcial, ¿por qué? Porque la cultura que ha generado el 15M es tal vez en exceso autorreferencial: desde el proyecto 15M.cc a Bookcamping.cc los proyectos culturales quincemayistas se centran en el propio 15M. No obstante tengo la idea de que aún es pronto para calcular la influencia en la cultura del 15M, pues su principal aportación a la cultura no son productos culturales (o no a primera vista) sino herramientas, métodos, principios de la creación cultural. El 15M ha generalizado el concepto de la cultura como creación común, como producto de la inteligencia colectiva, y nos ha enseñado a aceptarlo como tal. Ahora, aunque la aportación cultural más visible del 15M sea mayoritariamente ajena al concepto tradicional de "obra", no querría dejar de señalar la vuelta triunfante del arte de la cartelería y el interesante camino recorrido en lo que podríamos llamar "arquitectura efímera".

          Política. ¿Un fracaso el camino de la política? Seguramente exagero, pero apenas hemos avanzado nada en la reforma del sistema, seguimos siendo mercancía en manos de políticos y banqueros. No ha habido depuración de responsabilidades por la crisis, se aprobó sin referéndum la reforma de la Constitución, se habló mucho de lo injusta que es la ley electoral pero seguimos teniendo la misma ley, se aprobó una dación en pago a discreción del banco y muy limitada, la ley de transparencia es incompleta, el poder judicial sigue en manos del poder político, no hay renta básica, no se han implementado mecanismos de participación ciudadana... Demasiados "noes". Cierto, estos temas antes ni se debatían en el Congreso y ahora sí, pero eso es un éxito en el primer camino, en el de la conciencia, y no en el de la política. Aquí queda mucho por hacer, y creo que lo mejor sería concentrarnos en un gran objetivo de consenso y no cejar en nuestro empeño hasta alcanzarlo.

          Mi participación en el 15M se ha centrado en el primer y cuarto camino (desde este blog, en las redes sociales y en menor medida en las asambleas). Considero que el cuarto es vital porque su éxito haría innecesario el segundo camino, la acción social, encaminada a suplir las carencias del Estado en la protección de sus ciudadanos. Dicho esto, reconozco que hasta hace muy poco no había logrado entender (y creo no ser el único) que no por ello el segundo camino era prescindible. Creí (creímos) que el éxito político (por el ejemplo de Islandia, que me temo no es plenamente extrapolable) sería inmediato, que el 15M sería una guerra relámpago, y no, algunos torpemente nos dejamos llevar a las trincheras y la guerra de posiciones (sin darnos cuenta de que conservar nuestra posición, en este caso, era perder la guerra) mientras otros optaron por la guerra de guerrillas (sin darse cuenta de que las guerrillas no conquistan, solo repelen). Había problemas que necesitaban una respuesta urgente, yo, ingenuo, no lo supe ver, ahora lo veo y es gracias al 15M y sobre todo por discutir con quien no pensaba como yo. Creo que sido un error de gran parte del 15M considerar que había que elegir entre ambos caminos, cuando no son incompatibles. La acción directa y solidaria sobre los más damnificados por la crisis no excluye la presión a los partidos políticos, las acciones paralelas al sistema o alternativas a él no excluyen, o no deberían hacerlo, la participación en el sistema para su mejora. Si no entendemos la complementariedad de ambos aspectos (algunos lo han hecho, pocos me temo), nunca lograremos que esa acción social sea innecesaria, participar en ONGs de ayuda al desarrollo no excluye la acción política desde el sistema para tratar de hacer un mundo en que dichas ONGs sean innecesarias. Por ello debemos seguir avanzando en los cuatro caminos, porque solo así llegaremos el 99%, en uno solo de ellos no cabemos todos.

          Juntos podemos, queda mucho camino por recorrer pero ya hemos superado la parte más dura de la ofensiva, hemos sobrevivido a su bombardeo mediático, no nos ha hecho desesperar por completo el fuego amigo y tenemos unas buenas cizallas para partir su alambrada. Un año después, más que nunca, celebremos masivamente el #12M15M porque aún queda todo por hacer y sí se puede.

          Feliz cumpleaños a tod@s, mi regalo estos enlaces a artículos interesantes sobre este primer aniversario del 15M:







          El vértigo del 15-M

          15-M, una 'rebelión copyleft'

          Los puntos flacos del 15-M


1 comentario:

  1. Somos humanos y mientras sigamos existiendo jamas estaremos todos de acuerdo en todas y cada una de las cosas que nos afectan,motivan,afligen,alegran.No somos hormigas ni queremos serlo.Pero si podemos ponernos de acuerdo en un buen pequeño puñado de cosas que nos afectan como colectivo(humano en general)y nos mejora como individuos.Creo con realista optimismo que si se consigue ese pequeño puñado de razones que representa el 15M estaremos mas cerca de un mundo mejor.Salud y saludos profesor.

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