lunes, 30 de mayo de 2011

La asamblea de #acampadasiono

          "Hay que...". Esta es la divisa que garantiza que nada se va a hacer. Cuando alguien quiere realmente hacer algo no lo dice, lo hace, o como mucho dice "voy a...". Ayer todos presenciamos (7000 personas llegaron a seguirla en streaming, además de las 3000 personas presentes en la plaza) el triunfo del "hay que..." en la asamblea de Sol.
          Los acampantes informaron: esto es insostenible, nos vamos, el 15M sigue, la acampada toca a su fin. Los asamblearios, no acampantes en su mayoría, respondieron: hay que quedarse, Sol es un símbolo, es la referencia de las demás acampadas. Aquí "hay que quedarse" significa "tenéis que quedaros", "Sol es un símbolo" quiere decir "este es nuestro lugar sagrado" y "referencia" viene a ser "lugar de peregrinaje".
          Sol merece ser referencia porque es pionera, en dos cosas: en formar la acampada y en querer levantarla antes de convertirse en una costra del movimiento y dejar de ser su corazón. Si realmente Sol es la referencia, ¿por qué se obliga a los acampados a permanecer en lugar de respetar lo que su buen sentido les dicta? La comisión de respeto ve que ya hay problemas y que otros mayores se avecinan, lo mismo dice la de infraestructura, muchas asambleas de barrios consideran que pueden tomar el relevo de Sol. ¿Cuál es la respuesta? "Que arreglen los problemas." No dicen "voy a arreglarlos", no, nuevamente es un "hay que..." que arroja la piedra y esconde la mano.
          Sol corre el riesgo de morir de éxito. Si esta asamblea hubiese sido menos multitudinaria probablemente se habría acordado dejar la acampada. Pero pudieron los sentimientos a las razones. Todas las decisiones inteligentes se han ido tomando en asambleas entre semana que deshacían los entuertos del fin de semana creados por la marea de turistas asamblearios como la que este domingo fue a decidir sin sonrojo no sobre su propio destino, sino sobre el de otros. Y tampoco fue a decidir sobre el destino del movimiento, porque la acampada de Sol no es un objetivo en sí mismo, sino un medio para lograr dicho objetivo, y ahora mismo está dejando de ser operativa como medio, hace tiempo que la acampada dejó de suscitar apoyos más bien que reproches entre aquellos no convencidos por el movimiento, es decir, entre aquellos a los que precisamente hay que convencer.
          "¡No tenemos miedo!" gritaban los asamblearios cuando los mediadores legales advirtieron que las autoridades romperían la comunicación después del martes. No sé si deberían tener miedo o no de las autoridades (sobre todo cuando muchos de ellos no están acampados en Sol), de lo que deberían tener miedo es de lo siguiente: pongamos que la policía (y ese día llegará, porque mantener Sol como está es insostenible) desaloja la plaza, entonces sí que estamos obligados a volver porque no podemos dejarnos vencer por la fuerza, y esto implica que acabaríamos prolongando la acampada sine die... y me temo que también sin éxito.
          Abandonemos Sol con la cabeza bien alta, con un consenso de mínimos (si ya casi está, casi podemos tocarlo, se trata de convertir las cuatro líneas de debate en un buen manifiesto) y con la certeza de que algo sí ha cambiado: los ciudadanos de este país. Después de #acampadasol ya nunca volveremos a ser los mismos.


1 comentario:

  1. http://blogs.tercerainformacion.es/iiirepublica/2011/05/30/el-consenso-y-la-vulnerabilidad/

    Un besito, Inés.

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