sábado, 29 de septiembre de 2012

No hay ética

          No la hay en el Congreso, donde hasta sesenta y tres diputados cobran dietas por alojamiento pese a tener casa en Madrid. No la hay en los principales partidos políticos, cuyos miembros no dudan en mentir en sus campañas y programas electorales aludiendo herencias recibidas y realidades insospechadas (sin duda esa herencia explica que el PP no cumpla su promesa de hacer un Bachillerato de tres años). No la hay en los ayuntamientos, cuyos alcaldes y concejales deciden sobre su propio sueldo sin otro criterio que su voluntad. No la hay en las comunidades autónomas, que aprovechándose de su control sobre los consejos de las cajas de ahorros se autoconcedieron créditos para infraestructuras inviables que terminaron arruinando tanto a cajas como a autonomías.
          No hay ética entre nuestros gobernantes, ¿por qué iba a haberla en la Escuela? Suprimamos la asignatura de Ética tal y como hace la última propuesta de reforma educativa, así por fin la catadura moral de los ciudadanos de a pie terminará equiparándose a la de políticos como el Ministro de Educación. La ética es seriamente perjudicial para el enriquecimiento personal de algunos políticos, condena la impunidad que ampara la corrupción, y se opone al nepotismo, el cinismo y la hipocresía. La reflexión ética crea ciudadanos autónomos y al poder le interesan súbditos autómatas.
 
          El actual gobierno se había comprometido a suprimir la asignatura de Educación para la Ciudadanía, en lugar de eso ha preferido purgarla de contenidos polémicos y rebautizarla como Educación Cívica y Contitucional. El problema es que si a dicha asignatura se le sustraen los temas controvertidos pierde gran parte de su razón de ser, porque la función de dicha asignatura no es adoctrinar, como se pretende, sino enseñar a polemizar. Es una asignatura concebida no para eludir los problemas, sino para meterse en ellos. El alumno debería aprender a responder por sí mismo a sus propios dilemas éticos, pero si se eliminan las preguntas, los debates abiertos, ¿cómo aprenderá a responder? De ningún modo, sencillamente aprenderá de memoria las respuestas que hay que dar, pero no a justificar sus propias respuestas, que es lo que debería saber hacer un ciudadano autónomo, ese tipo de ciudadano que tanto parece incomodarle al poder político de nuestro país.
          Afortunadamente en la enseñanza obligatoria iba a quedar un islote filosófico en la asignatura de Ética pero parece que los filósofos actuales, por seguir aguijoneando con preguntas como "¿qué es la justicia?" o "¿qué es la democracia?", no vamos a correr mejor suerte de la que corriera Sócrates hace veinticinco siglos. Acusado de corromper a la juventud por exigirle a los ciudadanos atenienses que pusieran en duda sus ideas preconcebidas sobre el bien y la verdad, fue condenado a muerte, como muerta queda la asignatura de Ética en la última reforma educativa. ¿Cumple con ello el Partido Popular un punto de su programa electoral? No, pero seguramente cumple con sus más bajas pasiones: eliminar al ciudadano molesto, ése que es crítico, libre.
          Porque ése y no otro es el objetivo de la asignatura de Ética: hacer ciudadanos libres. Ciudadanos capaces de someter su sistema de valores al juicio de la razón, dispuestos a justificar sus principios y demandar de los demás que justifiquen los suyos lejos de prejuicios y supersticiones. Enseñar a pensar, jamás amaestrar, formar personas dueñas de sí mismas para que precisamente no puedan ser títeres de otras, para que sean menos sugestionables, menos proclives al adoctrinamiento. La autonomía del ser humano es algo incontenible haya o no asignatura de Ética, pero existen sociedades abiertas donde el objetivo es fomentar esa autonomía y sociedades cerradas en que se reprime, y aquí está en juego qué tipo de sociedad queremos ser. De momento, sin que la Ética pueda servir de contrapeso a las falacias y banalidades presentes en los únicos ejercicios de "diálogo" público a que tienen acceso, las tertulias de los medios, nuestros alumnos estarán condenados al relativismo subjetivista y ramplón que preside dichas tertulias en que cualquier opinión vale porque según parece todas, estén justificadas o no, basadas en hechos o no, sean coherentes o no, todas deben ser respetadas. En clase de Ética los alumnos aprenderían (y de momento aprenden todavía) a defender sus opiniones y a discutir las ajenas, pero también a modificar las propias y asumir puntos de vista distintos al que tenían previamente, porque en clase de Ética se les forma en el arte de dar y pedir razones, y se les enseña que es precisamente esa posibilidad de dar y pedir razones la fuente de nuestra autonomía, de nuestra dignidad, y que esto, y no nuestras opiniones, es lo que nos hace a las personas merecedoras de respeto.
 
          Por todo esto no hay ética, no la hay en quien pretende sacar la Ética de la Escuela.
 
 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Borrador de crítica al borrador de reforma educativa (sí, otra más)

          Basándome en lo que anuncia este artículo de El País, querría analizar brevemente algunos aspectos de la reforma educativa que se nos avecina. Por supuesto mi análisis no puede tenerse por definitivo, no mientras no se presente de forma oficial la reforma, sino que quiere más bien ser una excusa para la discusión (sin prejuicios, ni eslóganes manidos, ni teorías prefabricadas, a poder ser) sobre el rumbo que debería tomar cualquier nueva reforma educativa. Me gustaría señalar previamente una serie de requisitos y hechos al margen de las propuestas concretas de este gobierno, y solo a continuación me ocuparé de ellas.
 
          En primer lugar, lo suyo sería que no hubiera una nueva ley educativa con cada cambio de gobierno, así que para mí cualquier ley que no satisfaga a una amplia mayoría de los diputados del Congreso (al menos al conjunto de los diputados de los dos principales partidos) me parece una mala ley (y esta parece que lo va a ser, a falta de ver cómo reacciona el PSOE).
          En segundo lugar, es un hecho que una nueva ley es necesaria (o una serie de correcciones a la actual ley) por dos motivos: los resultados de nuestra Educación son malos (y no vale la excusa cocinada en los laboratorios pedagógicos de que las evaluaciones tipo PISA no reflejan adecuadamente el nivel del sistema educativo de un país porque existen imponderables, bienes educativos inmateriales, que por supuesto cagarla en las evaluaciones de PISA constituye una prueba fehaciente de que se poseen) y hay que completar la adaptación de la legislación educativa al marco europeo establecido por la noción de "competencias básicas" (cosa que me parece muy positiva, por cierto).
          En tercer lugar, es un hecho también que los resultados de nuestra Educación empezaron a empeorar al implantarse la LOGSE. Los logseros (que son los que me han adoctrinado pedagógicamente a mí, pero se ve que mal) le echarán la culpa a la falta de recursos, los antilogseros al exceso de comprensividad del sistema (nadie defiende que la comprensividad deba ser nula). El caso es que recientemente el sistema ha ido mejorando pero los recursos no han aumentado sino más bien lo contrario, y en cambio el entramado de la LOGSE se las ha ido apañando para descomprensivizar su comprensividad fudamental(ista) mediante PCPI, Diversificación y Educación Compensatoria, desdiciéndose de este modo a sí misma (o no, porque algunos teóricos de la LOGSE ya claman contra la diversificación y la educación compensatoria por apartar a unos compañeros de otros, en otro artículo les prometo que les cuento esto con más detalles, se van a reir). De todas formas existe otro hecho que corre paralelo al desarrollo de la LOGSE y que no creo sea irrelevante para analizar la degradación de nuestro sistema educativo, y es la progresiva hiperinflación de conciertos educativos, que juzgo muy negativa. Tal vez haya que buscar responsables en ambos hechos.
          En cuarto y último lugar, estaría bien que cada vez que los gobiernos (del PP y del PSOE) hicieran una reforma educativa no nos colaran de rondón reformitas para contentar a sus respectivas cavernas (en este caso, como explicaré a continuación, el asunto de las competencias autonómicas, la reforma de Educación para la Ciudadanía y sobre todo la legalización de la ilegalidad de la segregación por sexos en centros concertados).
 
          Hechas estas consideraciones previas, pasemos a los presuntos contenidos de la futura reforma:
 
          A/ De lo que más se va a hablar (lo cual dice mucho del pais en que vivimos) es de que las competencias autonómicas sean menores que las actuales a la hora de fijar los contenidos mínimos del currículo. ¿Relevancia de esto para la calidad de la Educación? Cero y bajando. No estoy ni a favor ni en contra (o más bien a favor, porque si el currículo está bien hecho, nada explicaría una variación entre lo propuesto por el Estado o por las Autonomías salvo prejuicios ideológicos o partidistas), se trata de un debate paralelo, carnaza para alimentar una lucha política estéril entre diversos nacionalismos y pseudoizquierdismos (mi hipótesis es que se trata de un globo sonda del gobierno lanzado con intención de dar marcha atrás tras pactar con CIU y así aparentar que ha consensuado la ley con alguna fuerza política, y CIU aparecerá una vez más como partido paladín de la libertad de Cataluña).
 
          B/ Ya había sido anunciada previamente la castración de la asignatura de Educación para la Ciudadanía (reconvertida en Educación Cívica y Constitucional, algo así como "buenas maneras y ley"). Dicha castración es la mejor prueba de lo necesaria que es dicha asignatura, aunque en general la sociedad ha demostrado estar muy por delante de la mayor parte de sus políticos en las cuestiones que la derecha ha considerado de "doctrina" como eso que llaman torticeramente "ideología de género" (que es precisamente la desideologización del género, como ya he explicado aquí). En fin, buenos argumentos a favor de que esta asignatura se quede como está los da Fernando Savater aquí y aquí, el PP desde luego ha sido incapaz de dar ninguno en contra, y solo ha arrojado contra la asignatura prejuicios y mentiras (como citas de un presunto libro de texto de la asignatura que no lo es).
 
          C/ Hay una serie de medidas que sí son las que corresponden a las cuestiones que deben tratarse a la hora de elaborar una nueva ley educativa. Estas medidas tienen tal calado que es difícil juzgarlas sin saber exactamente cómo se concretarán, pero en principio me parece que no van del todo mal orientadas (lo cual, me temo, me convierte en un furibundo fascista a ojos de la pedagogía progresista, pero ya me voy acostumbrando) aunque están mal implementadas:
  1. Se crea un nuevo ciclo de FP, Formación Profesional Básica, sustituyendo a los actuales PCPI, al que se accederá a los 15 años si los profesores consideran que el alumno no va bien y las familias lo aceptan. La FP básica dará acceso a un nuevo título, pero tanto para obtener el graduado en ESO como para acceder a la FP de grado medio será necesario hacer un examen. Numerosas dudas me invaden acerca de esta medida, centradas sobre todo en los contenidos de ese examen, es indispensable la posibilidad de rectificación del camino tomado para salvoguardar la igualdad de oportunidades.
  2. Los itinerarios hacia el Bachillerato o la FP se adelantan a 3º de la ESO, con solo una asignatura de modalidad y con Matemáticas enfocadas a una u otra vía. En 4º habrá cuatro asignaturas comunes: Educación Física, Lengua, Lengua Extranjera y Matemáticas (los dos tipos), dos de modalidad y una optativa. La ley dice que los alumnos podrán cambiar de opinión, que una vía no cierra la otra y con esto me conformo por la razón aducida en el párrafo anterior, lo importante es que las decisiones tomadas no sean irreversibles siempre que el desarrollo de las competencias del alumno permita el cambio. Por los resultados de otros países en que están así organizados los itinerarios y en que hay menos asignaturas optativas y refuerzan las instrumentales, parecería (con todas las prevenciones) una medida adecuada, pero no tal y como parece que se va a llevar a cabo. Habría que reforzar instrumentales reduciendo horarios de optativas, no eliminando asignaturas. Todavía no está claro si lo que dice el borrador es todo cuanto hay que decir, pero tal cual está desaparecen asignaturas como Ética, Tecnología o Cultura Clásica. ¿Por qué? Es más, ¿por qué estas medias tintas si el gobierno prometió un Bachillerato de tres años y no este híbrido? Sencillo, muchos centros privados (sobretodo concertados) no tienen Bachillerato, y perdiendo 4º de la ESO perderían muchos alumnos. Ya sabemos pues quién ha hecho la ley, la patronal de los colegios concertados es el hombre que susurraba a los ministros de Educación.
          D/ La implantación de exámenes de reválida al final de la ESO y de Bachillerato me parece innecesaria, pero depende de la calidad con que se hagan dichas reválidas podrían ser tenuemente beneficiosas o perjudiciales. Me temo que es una medida de cara a la galería (la galería de los que están empeñados en que ahora se regalan los títulos y no hay esfuerzo), si se quisiera hacer algo en serio en este sentido se hablaría de eliminar la promoción automática entre ciertos cursos, por ejemplo. Por tanto estas reválidas no creo que aporten nada especialmente positivo al sistema pero tampoco creo que lo perjudiquen seriamente (insisto, depende de cómo se hagan), en ningún caso es un argumento medio decente que la Selectividad no funciona porque la aprueba el 94%, tontería supina dado que la función de la Selectividad es seleccionar entre aquellos previamente seleccionados por tener aprobado el Bachillerato. Hablaría muy mal del Bachillerato que quienes se presentaran a la Selectividad la suspendieran masivamente, dado que solo se aprueba a quienes deberían ser capaces de superarla. La Selectividad distribuye mediante la nota obtenida, que es la que permite estudiar una carrera u otra, es el Bachillerato realmente el que selecciona quién ha de acceder a la Universidad y quién no (aparte de la voluntad del alumno de acceder a ella, porque puede optar por la FP de Grado Superior). Y por cierto, las familias con dinero siempre tienen una forma de eludir la selección de la Selectividad pagando una universidad privada a aquellos que aprobándola no han alcanzado la nota de corte de la carrera que deseaban estudiar, tal vez en esto sí que no funciona la Selectividad como sería conveniente.
 
          E/ Se garantizan las subvenciones a centros que segregan a los alumnos en razón de su sexo mediante el siguiente párrafo: "En ningún caso habrá discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Lo dispuesto en el párrafo anterior no será obstáculo para que los centros de educación diferenciada por sexos puedan suscribir los conciertos [...], siempre que la enseñanza que impartan se desarrolle conforme a lo dispuesto en el artículo 2 de la Convención [de la Unesco] relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza de 14 de 1960". Respecto a esto, y partiendo del hecho ya de que los centros privados no deberían ser subvencionados (sí creo que esto influye, para mal, en la calidad de nuestra enseñanza), la segregación por sexos es antipedagógica y está demostrado científicamente que no beneficia a los alumnos académicamente y, lo que es peor, no les ayuda en la comprensión y la vivencia normal de un mundo poblado por habitantes de ambos sexos, iguales en derechos y deberes. En fin, medida para la caverna, rancia, casposa, sexista, supersticiosa, patética, lamentable.
 
          Todavía todo es demasiado borroso como para sacar conclusiones taxativas pero, a falta de ver cómo se concreta esta reforma, en principio no me parecería lo peor que ha hecho este ministro (lo cual habla muy mal de él) salvo por el hecho de que si no se va a hacer una reforma educativa consensuada y perfectamente atinada, mejor no hacer pasar al sistema educativo UNA VEZ MÁS por una reforma, y dado que es el caso que no, dejémonos de reformar de cara a la galería o para contentar a los asesores de Educación del partido. ¿Por qué no preguntar de una vez a los profesores, en sus centros, qué harían o qué no harían?


P.D. Esta entrada ha sido modificada el 2 de Octubre tras conocerse el anteproyecto de Ley Educativa. Las modificaciones no son muy sustanciales, porque sigue tratándose de un borrador de propuestas acerca de un borrador de propuestas, ya veremos cómo queda finalmente la ley.

P.P.D. Gran parte de los contenidos de esta entrada han quedado obsoletos al haber presentado el Ministerio de Educación un segundo borrador que difiere sustancialmente del primero (con cambios, me temo, que a peor, a mucho peor). Queda pendiente una entrada refiréndose a ese segundo borrador.
 

domingo, 9 de septiembre de 2012

La Presidenta y sus chapuzas

          Existe un tópico malintencionado acerca de la Presidenta de la Comunidad de Madrid que sin embargo, en lugar de perjudicarla, la aúpa al pedestal que le permite ganar unas elecciones tras otras (aunque no olvidemos que perdió unas elecciones que pudieron haberla apartado para siempre de las instituciones madrileñas, pero dos peleles de ese infausto rival que es el PSM traicionaron a su empresa y salvaron a Esperanza Aguirre de la quema). Bien, ese tópico es el siguiente: Esperanza Aguirre es una facha (un insulto que en España se emplea con más ligereza que en ningún otro país del mundo) pero es eficaz. Y lo cierto es que no es tan facha y sin embargo sí es bastante pedestre no solo en sus maneras sino también en sus gestiones. Esperanza Aguirre será muy conservadora (o reaccionaria incluso), populista, nacionalista, clasista y en ocasiones chabacana, pero no es fascista salvo que estiremos de tal forma el significado de dicha palabra que quede absolutamente desdibujado (y tanta gente deba darse por aludida como votantes tiene Esperanza Aguirre y no, afortunadamente no hay tantos fachas en Madrid). Además, la lideresa madrileña no presume de progresista, de lo que presume es de ser eficiente en lo profesional y liberal en lo ideológico, y eso es lo que le conceden sus opositores, pero esas cualidades son las que no reúne en ningún caso. Es chapucera y dogmática hasta lo cutre.
          Esperanza Aguirre se ha creado esa imagen de gestora responsable, inflexible pero competente, beneficiándose de su comparación con Ruiz Gallardón, empeñado éste en cambio en que ella apareciera como lo más rancio de España y él como el paladín de la progresía del PP, pero admitiendo de buen grado ser tenido por un auténtico manirroto. De este modo, comparándola con un gestor que ha llevado al Ayuntamiento más rico de España a la quiebra, Esperanza Aguirre parece un banquero alemán, pero es que con ese listón Rodríguez Zapatero parece un socialdemócrata sueco, y no. La Comunidad de Madrid tiene déficit, no tan importante como el de otras comundades autónomas como Murcia o Castilla la Mancha, pero más del que la propia Esperanza Aguirre dijo que tenía, lo cual no es propio de gestores eficientes que, citando a cierto político español, llaman al pan, "pan", y al vino, "vino".
           La Presidenta se refugia en su supuesto liberalismo para justificar sus ajustes en el sector público, pero si hay algo que es absolutamente antiliberal es la financiación pública de empresas privadas, el liberalismo funciona de hecho más bien al contrario. En países como Estados Unidos uno podrá encontrarse con que cierta planta de un hospital lleva el apellido de cierto empresario, que contribuyó a su construcción (y que también la gestiona, o no), lo que ocurre aquí es exactamente lo contrario, el hospital se habrá construido con dinero público pero su gestión será privada: todo el riesgo, toda la inversión, corre a cargo de la Admninistración, de su dirección en cambio se encarga una empresa privada (Capio es la empresa, perteneciente en parte a Rodrigo Rato y a familiares de Mª Dolores del Cospedal, que se va quedando poco a poco con la sanidad madrileña). Ningún país de Europa aparte de Bélgica tiene el porcentaje de enseñanza privada concertada que tiene España, y concretamente la Comunidad de Madrid, modelo por el que apuesta abiertamente Esperanza Aguirre, y que será de todo menos liberal, porque el liberalismo se basa en la competencia privada que conduce a mejores productos o servicios en aras de ganarse al cliente, no en la subvención de empresas privadas independientemente de los productos o servicios que ofrezcan para garantizar su supervivencia sea cual sea la competencia.
          Así que Esperanza Aguirre no es liberal, y tampoco es una gran gestora, porque lo que genera el déficit de la Comunidad de Madrid no es el gasto en servicios públicos, sino la sistemática desviación de los caudales públicos a empresas privadas: se construyeron ocho hospitales en la época del desarrollismo ladrillista pero no se los dotó de personal y por ello varios de ellos (concretamente el Infanta Leonor) corren el riesgo de ser completamente privatizados (le habremos pagado los madrileños algo más que la cama a Capio); se recortó la plantilla de profesores en la Escuela Pública dejando en la calle a muchos interinos, pero se aumentó la inversión en enseñanza privada concertada y las becas para alumnos de colegios privados (un gasto que superaba en 10 millones de euros  lo que pretendía ahorrarse despidiendo a los interinos), por no hablar del intento de colar a empresas privadas dentro de los centros públicos mediante el Programa Refuerza. Así que ya vale también de ese otro argumento del aguirrista irredento que dice "bueno, aquí se ha gastado dinero pero por lo menos en hospitales y en colegios", no, se ha gastado dinero en hacérselo ganar a constructoras y empresas privadas de salud y educación (que está muy bien que ganen dinero, pero en el libre mercado, que para eso son privadas... ¿o no lo son tanto?).
          Pero si hay algo que convierte a alguien en un mal gestor y no ya solo en un gestor ineficiente o dogmático, es el derroche de dinero y la chapuza en la gestión, y esa es también una norma de la administración Aguirre. La especialidad de la casa es el despilfarro en publicidad institucional (despilfarro desde el punto de vista del ciudadano, no de la Presidenta de la Comunidad, para ella es propaganda electoral que le sale gratis al partido): en campañas como "Respetemos y apoyemos a nuestros profesores" (1.800.000 euros) meses antes de sostener públicamente la mentira de que su jornada laboral era de 18 horas semanales y de no renovar a miles de profesores interinos, como la torticera campaña del "Más por menos" justificando una subida del 50% del billete sencillo de Metro o como esta más sutil para aquellos agraciados con una plaza en una Escuela Infantil de la Comunidad:
 
 
          ¿Exactamente cuál es el beneficio de este gasto, qué justifica la inversión? ¿Se supone que los usuarios harán mejor uso de sus plazas en las Escuelas Infantiles públicas gracias a esta carta? Lo dudo, sus horarios y funcionamiento son muy estrictos, es difícil (si no imposible) abusar de este servicio. ¿Se sentirán más afortunados? Créanme, antes de recibir la carta ya se sentían muy afortunados (a pesar de la subida de precios que ha llevado a muchas familias a renunciar a su plaza). No, es propaganda electoral pura y dura o algo peor, un "usted es un mierdecilla que vive por encima de sus posibilidades" encubierto. En cualquier caso es un gasto absolutamente prescindible, superfluo, y por tanto un despilfarro. Habrá quien diga que una comunidad autónoma no se arruina por enviar una carta, cierto, pero en este caso se trata de 45.000 cartas. Y a estas hay que sumarle aquellas otras pidiéndole un esfuerzo a los profesores al principio del curso pasado, o convenciendo al personal sanitario de las bondades del área única, más las campañas institucionales citadas anteriormente y otras muchas que indignan, y con razón, a quienes sienten en sus propias carnes ajustes para ahorrar dinero que se emplea no en combatir el déficit y proteger los servicios más valiosos de la Administración, sino en lo superfluo, en colocar como asesores a los miembros del partido que no logran escaño en la Asamblea de Madrid (esto no es privativo de la Comunidad de Madrid ni del PP, sino generalizado) y mantener esa situación a base de esa propaganda electoral encubierta pagada con el dinero del bolsillo de todos los madrileños.
          Así que Esperanza Aguirre ni es veraz, ni es liberal, ni es eficiente, ni es austera y por si esto fuera poco, encima es chapucera, como trataré de mostrar con un ejemplo concreto, el de la gestión del personal de Enseñanza Secundaria de la Comunidad. Por una parte la Presidenta de la Comunidad de Madrid, por medio de su acólita Lucía Figar, es capaz de desobedecer la ley (¡Cristina Cifuentes, ojo, aquí hay desobediencia civil activa!) para encontrar rápidamente vacantes libres para profesores extranjeros sin titulación ni conocimientos de español, pero nativos de habla inglesa (por si hay mentes muy bienpensantes leyendo esto... no, no se les contrata como auxiliares de conversación  o para enseñar lengua inglesa, sino otras asignaturas del currículo, en inglés). A día de hoy ser español es realmente un hándicap para trabajar en un instituto de secundaria madrileño, porque es obligatorio pasar una oposición, requisito innecesario si uno tiene la suerte de ser irlandés. Por esa obsesión con el bilingüismo (según lo entiende Esperanza Aguirre, que dista mucho de lo que se considera bilingüismo en los países civilizados) la Presidenta de la Comunidad de Madrid via su Consejera de Educación y Empleo anunció que convocaría oposiciones a Secundaria (por eso y por desafiar al gobierno central, entonces en manos del PSOE) y lo hizo ofertando finalmente 190 plazas de las cuales 100 eran de inglés y, por ejemplo, ninguna de matemáticas, asignatura instrumental en la que peores resultados cosechan los alumnos españoles en las pruebas de PISA. Una de la especialidades convocadas fue la de filosofía, con cinco plazas, pero el caso es que no hay vacante a día de hoy (a tres días de comenzar el curso) para quienes obtuvieron esas plazas (dejadme presumir, yo saqué el nº1) ni para 31 profesores en expectativa de destino que a día de hoy esperan también su vacante. No es que se haya recortado plantilla en interinos, es que los recortes han sido realizados con tal precipitación y desconocimiento de la realidad del sistema que durante unos meses la Comunidad de Madrid tendrá que pagar su sueldo a esos profesores (y otros tantos en otras tantas especialidades) que no trabajarán hasta que haya hueco, algo inédito en la Comunidad de Madrid. Chapuzas.
          Chapuza cómo se ha precipitado en general, por motivos electoralistas una vez más, una gran iniciativa como es el Programa de Enseñanza Bilingüe, en el que han acabado habilitándonos simplemente por poseer un certificado de idiomas de nivel C1. Chapuza cómo se gestiona, de forma precipitada también, la asignación de destinos a principio de curso, que deja a muchos profesores con sueldo y sin trabajo. ¿Y es que es ahorro tener a funcionarios cobrando sin trabajar? ¿Es eso eficiencia? ¿Saben las familias que los profesores de sus hijos se enteran de qué darán y dónde un par de días antes de iniciarse el curso, o con el curso empezado? ¿Saben las familias que licenciados en filosofía acaban enseñando lengua, licenciados en matemáticas biología, algo habitual en la enseñanza privada (concertada o no) pero excepcional en la Escuela Pública hasta hace dos años?
          La Presidenta de la Comunidad de Madrid no es una tecnócrata ni siquiera en el mal sentido, es Pepe Gotera y Otilio, es solo experta y eficiente a la hora de gestionar su propia empresa, el Partido Popular de Madrid, el problema es que lo hace con el dinero de todos los madrileños, y así es como una empresa privada siempre gana a pesar de las chapuzas de sus directores.
         
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